Un retrato es una representación artística pintura, escultura, dibujo o fotografía de una persona. Si bien es usual ver todo el cuerpo, generalmen-te se le dá más importancia a los rasgos de la cabeza.
El retrato es un género en donde se ponen de manifiesto toda una serie de iniciativas artísticas y técnicas que tienen la función de mostrar las culaidades físicas y/o morales del retratado. La meta es tratar que la personalidad del sujeto se ponga de manifiesto en la imágen, poder conocer a la persona a través de esa fotografía, reflejar algo más que su rostro.
En el retrato comercial, además, la persona debe lucir bien, debe sentirse identificado y contento con lo que ve de si mismo. Esto no es nada fácil. Muchas veces ponemos de manifiesto su personalidad a través de la representación de un personaje (sobre todo en las previas de los cumpleaños de 15 y cuando trabajamos la ficción).
El primer paso y fundametal es tener una buena entrevista con nuestro cliente para poder conocerlo, hacer un perfil de su personalidad ver posturas, expresiones y actitudes beneficiosas. Que le gusta y que no, música, ambientes, etc., para que cuando planificamos la sesión de fotos aprovechemos todo este conocimiento para las poses, actitudes, vestuario, locaciones, etc.
Hay 4 puntos fundamentales a tener en cuanta a la hora de realizar retratos. Dos de ellos los trabajaremos con el sujeto durante la sesión: LA MIRADA y LA POSE. Los otros dos son técnicos y del correcto tratamiento que les demos depende el éxito de nuestros retratos y son: EL ENCUADRE y LA ILUMINACIÓN. Estos últimos podemos planificarlos antes de la sesión, sobre todo si contamos con la información de la entrevista.
LA MIRADA:
Si los ojos son el espejo del alma, la mirada tiene una carga emocional tre-menda que debemos aprovechar.
Cuando retratamos a una persona mirando a la cámara, estamos
ocupando transitoriamente el lugar donde se encontrarán luego todos los espectadores de esa imagen. Si logramos conectarnos con el retratado, el espectador de la foto, también lo hará.
Por eso en esta situación la mirada debe ser importante, debe transmitir algo que podamos sentir para no exponer a nuestro retratado a la indife-rencia a que esa imagen no tenga nada especial ni atractivo.
Cuando el retratado no mira a la cámara liberamos a nuestro sujeto del peso de la mirada y permitimos que surgan las preguntas: ¿qué mira? o ¿dónde se perdió su mirada? ¿Qué ocurre allí? Entonces alli podemos construir con el encuadre nuestro retrato, ya que es éste el que va a resolver mostrando u omitiendo el objeto de la mirada.
LA POSE:
Nace del estudio que realizamos de nuestro cliente en la entrevista.
Está condicionada en muchos aspectos por: el vestuario, la actitud corporal, el sentimiento y las miradas que nos definirán el tipo de persona que pretende mostrar o representar en las imágenes que realizaremos.
Deberán estar acordes a su contextura física teniendo siempre como objetivo primordial que el cliente luzca lo mejor posible. Hay un paso de la belleza al ridículo y una mala pose puede lograrlo.
Generalmente , la gracia del retrato está en la fluidez de la pose. Esta fluidez está dada por las líneas que generan los miembros (brazos, manos, piernas, pies, cabeza) por si solos o en harmonía con el entorno.
De allí que puedan transmitir elegancia, energía, tranquilidad, pasión, etc.
Una pose sofisticada reflejará una personalidad extrovertida, que no tiene temor a exponerse. Una persona tímida no traspasará los límites de las poses tradicionales y quizás sólo en la mirada podamos hallar la clave del retrato.
LA ILUMINACIÓN:
Determina el carácter moral o emocional de la foto.Crea los climas, el ambiente, nos permite imaginar, resaltar atributos del retratado.
Da la información necesaria con respecto a formas, recorte, colores, textura.
En exteriores mezclar la luz natural con la artificial, puede acentuar la inclinación del fotógrafo por la ficción o lo espectacular.
En interiores es fundamental iluminar y no “alumbrar”. Jugar con la luz para darle sentido a la fotografía que realicemos. Cada sujeto necesita su propia iluminación para lucir, es parte fundamental del fotógrafo descubrirla y aplicarla correctamente.
EL ENCUADRE:
Es quien determina cuanto veremos o no. Dispone la cantidad de información necesaria.
Cuando nos excedemos caemos en el ruido visual y le quitamos protagonismo a nuestro sujeto principal. Puede tener contexto o ser directo, inclinado o derecho, pero siempre tendrá un sujeto principal,
el retratado.
Las distintas distancias focales serán fundamentales para definir un encuadre. Generalmente trabajos con el teleobjetivo (fundamental si es en estudio), pero el gran angular nos permite jugar con la perspectiva y la información que incorporamos en la foto.
El retrato es una de las géneros fotográficos más antiguos y seguirá siendo uno de los más solicitados, ya que es una de las forma de trascender el tiempo que hemos descubiertos los seres humanos, así que es importante trabajarlo bien para lograr los mejores resultados.
Saludos
Gustavo Pomar
