Uno de los primeros pasos que debemos dar para cambiar nuestros paradigmas es reconocerlos, poder discernir que es lo que pienso con respecto a determinados temas y como los trato, como es mi comportamiento con respecto a esos temas y cuales son los resultados que obtengo.
Quizás uno de los primeros paradigmas que debemos cambiar es lo que pienso de mi mismo. Ya que eso nos condiciona, aquellas cosas que pienso son las que creo y lo que creo en mi mente determinan como me manejo, si pienso que soy un inútil y me lo repito constantemente probablemente termine siendo un inútil incapaz de hacer buenas cosas, de prosperar y de crecer.
Pero esto no se trata de control mental, si no sigo los pasos correctos es muy difícil que pueda superare y crecer, esos pasos son: decidir que quereos ser buenos en lo que hacemos y trabajar para ello, capacitándonos, investigando y buscando nuevas alternativas a nuestra profesión.
Hablando de nuestra profesión una de las primeras decisiones que debemos tomar es: ¿Qué tipo de fotógrafo queremos ser? Dentro de mi experiencia he podido diferenciar tres tipos o clases de fotógrafos.
El fotógrafo de Elite:
Es un profesional con todas las letras, capacitado y que sigue capacitándose yendo a seminarios, talleres, cursos. Capacitándose en que tipo de equipos debe usar y como hacerlo, como ser más creativos y estéticas de moda, etc. Invierte además en libros y revistas e investiga constantemente experimentando y aplicando lo que aprende.
Es un fotógrafo que cuenta con buenos equipos, que le permiten trabajar con seguridad, no debe preocuparse en que algo falle, esto hace que los trabajos que realiza sean creativos y de calidad.
Una de las consecuencias directas de esto es que puede cobrar muy bien sus trabajos, ya que encuentra clientes dispuestos a pagar por esa calidad ya que el nivel socio-económico de su clientela será alto y esto le permite tener un buen estándar de vida pudiendo proveer para todas las necesidades que él tiene o las de su familia, para gustos personales o simplemente el acceso a pequeños lujos o placeres que quiera darse. Es un profesional que paga todos sus impuestos y trata de no tener sobresaltos con el fisco. Esto también lo lleva a tener acceso a buenos créditos ya que al ser una persona solvente se transforma en confiable.
Todo esto le permite tener cierto peso en la comunidad, lo cual hace que sea un profesional respetado.
El fotógrafo "ratón":
Acá nos vamos al otro extremo. Este personaje no está capacitado ni le interesa hacerlo, tiene a la fotografía como una “changuita”, un “curro” de fin de semana, su equipo se limita a lo más básico y esencial (no accede a equipos profesionales, sólo a la gama más económica de cámaras réflex, por ej.) Vive al día, ni se le ocurre pensar en inversiones, el día que se le rompa el equipo es probable que cambie de “curro”. No le importa la calidad y menos la creatividad, al no tener conocimiento técnico los trabajos que puede hacer son muy limitados (algunos sociales de baja calidad).
No paga los impuesto (ni sabe que existen) no le interesa inscribirse en nada y todo lo que pueda “negrear” lo hace.
Evidentemente no sólo que desprestigia a la profesión sino que además él mismo se desprestigia y no tiene el respeto de la comunidad ya que su nivel de calidad y su comportamiento profesional dejan mucho que desear.
El fotógrafo “mocasín”
Es aquel que se encuentra en el medio y según mi opinión son la mayoría.
Son personas que tratan de capacitarse y de invertir en equipos, con mucho sacrificio, se esfuerza constantemente en hacer cosas distintas pero como debe tomar mucho trabajo no tiene tiempo para ser creativos. Toma mucho trabajo porque cotiza muy bajo el valor de sus fotografías. Con el tiempo ve que muchos de esos trabajos no son del todo redituables, pero los sigue haciendo porque de esa manera “junta un peso” (según sus dichos). Trata de pagar los impuestos y de estar al día con todo, pero se va transformando en una carga cada vez más pesada. Como generalmente no está al día con estos, no puede acceder a líneas de crédito en bancos donde los intereses son más razonables que un prestamista o financiera.
Para tratar de solventar su negocio empiezan a agregar actividades, si se convierten en polirrubros (kiosco digital, venta de cámaras, portarretratos, álbumes, pantalla gigante, ambientaciones de fiestas, pasan música, etc.).
Todo esto produce un tremendo desgaste, que lleva a que con el tiempo vaya “odiando” aquello que le gustaba tanto como el hecho de “sacar fotos”.
Y uno de los causantes de que esto sea así es que este “personaje” ve como su competencia al “fotógrafo ratón” , “el que le roba los trabajos” y no se da cuenta que eso es lo que más lo hunde. Al bajar sus costos debe bajar su calidad ya que para poder mantener su estructura debe tomar mucho trabajo esto hace que no tenga tiempo para hacer las cosas bien y cambia calidad por cantidad, ahí es donde empieza a perder ya que pasa a ser uno más del montón. Lo que no se da cuenta es que el “fotógrafo ratón” NO TIENE ESTRUCTURA, pagándole al laboratorio listo con el resto “va tirando”, pero él tiene otra visión la de capacitarse equiparse vivir dignamente y ser alguien respetado en su comunidad.
El punto fundamental pasa por la elección que hagamos, donde estamos posicionados y donde queremos llegar. Lo que debemos hacer, una vez decidida la meta es ver los pasos a tomar y el primer paso para crecer es la capacitación, esta nos permitirá saber cómo y con qué equiparnos además de cómo manejarnos como auténticos profesional de “Elite”.
Hasta la próxima.
Gustavo Pomar
