Hoy más que nunca debemos justificar nuestro profesionalismo como fotógrafos. La tecnología hace que, la gente cuyo conocimiento no pasa de hacer "click", pueda obtener fotografías de "cierta" calidad. Calidad que muchas veces no pasa de ser buena sólo en un monitor, porque no soportaría todas aquellas variables que manejamos como impresiones, gigantografías, publicaciones, etc. Pero hacen creer que una buena fotografía está al alcance de cualquiera.
Estas fotos de acoplados, que ilustran el artículo tratan de mostrar fotos aparentementes realizables por cualquiera pero donde la iluminación juega un papel fundamental, dandole el toque profesional. Trabajé con la luz natural (nublado brillante) y dos flashes de estudio Elinchrom de 500w.
Justificar el hecho de ser profesionales no sólo pasa por tener mucho equipo, o sacar fotos en fiestas o para empresas, pasa más que nada por hacer buenas fotos, de una calidad superior, que se destaquen del resto de las fotos que se ven a diario y cobrarlas muy bien.
Sabemos que hay un trío exitoso para una buena calidad de imagen: la técnica, la creatividad y la iluminación.
La calidad técnica si bien no está resuelta del todo por la tecnología, logra, en la mayoría de los casos, buenos resultados sobre todo en situaciones normales.
La creatividad es importante pero muchas veces no es tenida en cuenta, mientras el encuadre sea correcto, listo. Muchas veces lo creativo pasa por saber encuadrar lo necesario y el sentido común es el que determina la toma. Además convengamos que hoy muchos llaman creativo al hecho de fotografiar cosas exóticas o burdas de una manera extraña(¿original?) sin tener en cuenta condiciones mínimas de la técnica como la exposición, el mensaje, etc (en otro artículo ya hablo de esto).
Pero por sobre todas las cosas donde más podemos ver la mano del profesional es en la iluminación. Ahí sí que hay que saber lo que estamos haciendo, lo que queremos transmitir y cómo utilizar los elementos apropiados para ello.
Aprovechar la luz natural de la manera más conveniente en los momentos del día y en la época del año, pero muchas veces, también, mezclandola con una adecuada luz artificial que logre realzar de una manera distinta nuestra escena. Siempre me pareció interesante el hecho de no conformarme con la luz natural solamente si puedo ir más allá y lograr algo distinto aportando algunas luces.
La buena iluminación es lo que nos caracteriza como profesionales ya que de esta manera le damos valor agregado a nuestras fotos.
Va a destacar la textura, el volumen, las formas, el contorno, resalta las cualidades de lo que fotografiamos. Cada detalle de nuestro sujeto principal es destacado por la iluminación.
Muchas veces es la responsable de crear los climas necesarios para transmitir las sensaciones que queremos que vivan nuestros espectadores. La intimidad, la tristeza, la nostalgia, la alegría, etc.
Una buena iluminación puede hacer que un simple objeto alcance el rango de espectacular, sino vean la foto del morrón de Edward Weston .
Estas apreciaciones sobre la iluminación son aplicables a todos aquellos que quieran realizar buenas fotografías, pero creo que en el caso de los profesionales es fundamental y no negociable.